lunes, octubre 16

.eidullion

Y solo eso.

La amistad, el alcohol y mi sangre. El alcohol en mi sangre y se llevaban tan bien. Una relación de pura conveniencia. Y si, en esa mezcla naranja había mucho más que el olvido. Porque era de noche y nadie sabía lo que estaba por suceder (ni lo sabe ahora). Rápida la forma en que la noche transcurrió, era de noche y yo sentía que era de noche. Porque no es lo mismo. También se puede sentir anochecer con los rayos del sol sonriendo, frívolos.
Noche. Esa era la cuestión y era el problema a resolver. Lo es. La noche invade y es mucho más que edad, porque ya no se siente joven sino superior. La noche es la ausencia de luz. Y la luz, solo la luz, puede lograr esas cosas. Porque la luna también estaba presente y sabemos que fue cómplice. Más alla de que fuera de noche, creo que llegó un momento en que no lo fue más. También creo que sentías, adolescías esos profundos arañazos de placer. Y esta vez en demasía, porque la vida estaba corriendo y no dudaste en apurarla, deseo.
La noche es también un juego autoritario y hay que tener cuidado, porque si ella decide caer nadie se salva, porque sos el único culpable, como todos los demás. Es como preguntarse por ahí, entre humo y sequedad porqué la gente se da por aludida. Y la noche no contesta sino que mira soberbia, se remite a eso. Como si supiera más que todos y yo creo que su antigüedad es la mejor respuesta.
Ni tiempo, ni aca ni allá.
Importante, lo es. La importancia de que no te importe porque si te importa ahí si perdiste el juego. Y apostaste al primer arranque de brutalidad y ahí justo dentro de tu cerebro se abre el gran debate gran: hay disyuntiva entre ser y no ser, sino ambas cosas, sólo que el ser no es efectivamente tal, esto es, espacio y vacío. Y ya no sabés nada y si pudieras saber, ya no te importa. Acelerar. La noche no acelera sino que transcurre, se podría decir que se toma su tiempo y se toma otras cosas. Vos sabías lo que estabas haciendo aquella noche. No hay mirada, hay complicidad y memoria (pero yo no la tengo). Castillos, y ya no estan en el aire porque la noche no se reinventa, renace. Una pizca de sal en tus pulmones y no ayudó nada, y por más que no quieras vas a volver a caer. El deseo y la noche. Una pareja de alto voltaje. Se desentendió así. Jugaban tan solo a mezclarse como si quisieran ser uno, como si existiera en ellos la capacidad de fusión, que ilusos. Nada sale del rojo y del negro, sólo existe aquella noche. Aquella noche, noche en la que nos pertenecíamos, y la pluma que escribe el destino rasgaba y rasgaba ese condenado papel invisible (a los ojos de los mortales, por supuesto). Y si realmente se pudiera estallar de bronca yo creo que aquella noche habría dejado de existir, solo para darle el gusto, solo para él. Pero yo se que él no quiere eso, sino mucho más, mucho más de mi. Más de lo que tengo pero menos de lo que puedo ofrecer. Te ofrezco la noche y no es mía, te doy hasta lo que no tengo, vos volás de pasión, te freís en ella y disfrutás cada segundo que mi cuerpo te ofrece, te maldigo.
Ahí cuando la noche se resquebraja de si misma, porque se hartó de ser tan horriblemente obscura, se termina, se separa y se funde en mis pasos, en la calle y en la soledad.

6 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Me he quedado un tanto sobrecogida con esta visión de la noche, agresiva como una amenaza. Saludos cordiales.

anonymous dijo...

el diablo sabe por diablo
pero mas sabe por viejo

estas desaparecida, che. que pasa?

Anónimo dijo...

La noche...la noche es tan bonita y a la vez tan misteriosa.

Besos.

Gildos dijo...

Nunca nadie sabe lo que te espera en la noche o lo que te puede traer.

Un cordial saludito.

Anónimo dijo...

Volviste, para obsequiarme como siempre tus PROPIOS escritos.

Te amo!

Claroscuro dijo...

¿"obscura"? Curioso...