domingo, agosto 30

tango al mango.

Se me rompió otra botella. Yo tenía una autopista y cobraba peaje, pero se me rompió otra botella.
¿Será el desamor? ¿Será el tanto desamor que pisoteame todo el cuerpo?

Será, será la costumbre y todas esas horas en las que no. Son horas que no, ahora. Tengo vértigo, tanto vértigo, tanto desamorincertidumbre.

O miedo, un miedo que me hace llorar abajo de las sábanas, en los brazos de mi abuela, de mis padres, de mis amigos. Es un miedo a vivir, a crecer. Vivir es terrible, vivir es un tango terrible.

viernes, agosto 28

pronto.

Es recurrente, digamos, el malestar. Viene a tomar el té conmigo todos los días puntualmente a las cinco de la tarde. Y resulta que siempre llueve, y qué siempre cito a Charly y a la misma canción "cuando tenías que estar, te echaste a correr". Porque el amor y yo no somos buenos amigos. O los hombres y yo no somos compatibles, o tal vez es mi problema que no sé graduar.
Justo cuando mi cabeza me había obligado. Yo amé, eh. Amé mucho. Tal vez demasiado. Cada vez que abro esa pequeña cajita llena de telarañas donde guardo esta porquería sangrienta que llamo corazón, resulta que la tengo que cerrar abruptamente y darle otra vuelta de alabre de púas.

O soy fea, o soy mala, o soy puta, o resentida o enana o estúpida o inteligente o lo que sea, o todo junto.

O insuficiente para vos (y para todos).

O demasiado, pero esa no me la creo yo.

Así que eso. Rábano.

jueves, agosto 27

claustro.

Podría ser que supiese que el colectivo iba doblar esa esquina cuando cortara ( o des-cortara) el semáforo. Resulta que no sólo dobló, sino que embistió a un taxi que estaba estacionado. O creo que el nivel etílico en mi sangre estaba por las nubes. O tal vez no, tal vez no murió tanta gente. O sí, la gente muere, grandes cantidades de gente que muere, cuerpos que se queman, cenizas en la tierra. Pilas y pilas de cuerpos de gente a la que se la comío la vida, y ahora se la comen los gusanos. Y el hedor, el hedor a tierrasangrepodrida salpicada en la cara de todos, en la vida e historia de todos y cada uno de nosotros. Porque es igual de terrible morirse de hambre que no tener unos rayban. Tengo la cara toda salpicada de sangre, de whisky. Y un cansancio emocional que me pisotea la cabeza cada vez que la apoyo en la almohada o en el pecho de alguien (de quién sea). Estoy cansada de cuestionarme y hasta conformarme con pequeños, pequeñísimos momentos felices. Muy pequeños, minúsculos. Y de no tener una bicicleta, ni todos los colores al óleo, ni esa sonrisa que extraño, ni el viento en la cara, ni plumas, ni libros, ni polleras, ni poesías, ni cartas de amor, de odio o que expresen alguna emoción o sentimiento efusivo que a la vez me haga sentir algo a mí. Que me haga sentir algo, me cachetee o me destruya los riñones a patadas.
Quiero sentir, amar, amar al viento, al viento en la cara.

Nada más-

domingo, agosto 23

oh, lady, be good!

Me dí cuenta mucho más tarde de lo que debía, que tendría que haberme comido todas esas sogas hasta hacerlas polvo.
Y es que recién empecé a mordisquearlas.

jueves, agosto 13

certeza .

Preferiría no haber leído eso.

miércoles, agosto 12

Gladys.

Hacía ese revoltijo con el papel higiénico e iba quedando cada vez más chico, adelgazaba vomitando barquitos que se hundían porque la bañera había desbordado y arruinado todo el parquet, y los barquitos se hacían parte del agua y el agua parte del parquet y el parquet enemiga del vecino de abajo, Rubén, qué buen tipo Rubén, Rubén de mañana que me trae el azúcar o me roba el suplemento deportivo creyendo que no me doy cuenta porque no me importa, ahí tenés, Rubén, buenazo, el techo todo humedecido de barcos de agua que se me escapan, Rubén, el vecino enfermo que espía las tetas de mi hija por la rendija de la puerta que a veces queda entornada porque hace calor y el la mirá y hace un río de baba, qué calor que hace, pobre Gladys, qué suerte que vivo en el edificio de enfrente.

martes, agosto 11

Entonces.

mezcla, revoltijo, embarullamiento, mezcolanza, embrollo, cóctel, popurrí, revoltillo, amasijo, desorden, frangollo, ensalada
Entonces me dí cuenta que el tiempo tenía unos dientes afiladísimos.

viernes, agosto 7

objeción.

Y también tengo un par de tetas, y en cada una un pezón.

cuentas.

Tengo dos espinas. La espina dorsal y otra que me atraviesa de lado a lado pero no deja hueco para que me salgan salpicando los jugos gástricos, la sangre.
Y ojalá todo se fuera en un solo cause y me dejara como una bolsa de piel, tendida sobre la mesa. Hasta las ganas de vivir se van. Y salpica, salpica para todos lados, salpica y es un ácido que penetra en los huesos y fermenta y pudre.



Y resulta que algunos días soy ese hongo que crece en la bosta.

martes, agosto 4

papel.

Me lleno de tu concavidad, nuevamente. Se me llena la boca casi que vomito, de vos. Vos en las ventanas, en el sopor de la ducha que hierve y hierve porque no puedo entrar a bañarme porque estoy hablando por teléfono con vos. Con algún vos.
Me tropiezo en los ruidos. Me desarmo por la noche y me vuelvo armar con el primer bocinazo del colectiverodel bendito 26. Grato y bendito.
Bendito como todos los hombres que me aguantaron, que me dieron un orgasmo, benditos sean todos ustedes. Benditos todos los orgasmos que me llenaron de una felicidad irrisoria, transparente.
Malditas sean todas esas sábanas manchadas con sangre. A todas las veces que lloré y que olvido irrevocablemente.
Benditos todos los hombres que amaron mi cuerpo alguna vez, entonces.

Yo siento que me enamoré recién.

domingo, agosto 2

.

Deberías saberlo.