domingo, agosto 20

En plena catársis

Stop. Rewind


Alguien que nunca existió. Muchos hombros donde llorar. Variadas ideas tan similares
Negación, destrucción, casi muerte. Todo esto inconsciente.
Desde ese infierno, donde el fuego no parecía cesar nunca, las horas yo veía pasar frente a mi,lejanas. Como si el tiempo estuviese en un plano diferente a la vida misma.
Yo sé que en ese preciso momento, mi tiempo, mi karma, se detuvo, tal vez siguió de largo dejándome atrás, quién sabe?
Lo más importante era que para mi no había tiempo. No existía en mi. Ya no existía nada, el dolor, el ácido me consumía. No tenía anestesia alguna. No tenía consuelo, ni siquiera piedad, ésta se había disuelto al igual que todos los sueños. De un momento a otro. De la noche hasta el primer rayo de sol de la mañana. En ese momento mi cabeza giraba. Giraba en torno a esa nube de recuerdos. No quería recordar, pero mi cuerpo ya no respondía, sino que se dejaba llevar, seducido por el dulce dolor que le provocaba toda esa situación. Mi situación, y todos implicados, y todos tirando, y todos hablando y ayudando y el sátiro deleitandose.
No paraba, no paraba y la insanía me carcomía, me tragaba como si le apeteciera ese alma tan inocente. Y en ese remolino negro yo me veía caer, y el fondo nunca llegaba y la salida ya no se veía, no se podía volver atrás, porque nada volvería. Nada volvería porque nunca lo fue. Porque el pasado ya no era rectilíneo, sino incierto. Como una gran sarta de calamidades.
De todos modos, ahí me encontraba. Cayéndo. Hasta que de un momento a otro entre en coma.Algo se detuvo de nuevo. El mundo se detuvo y entré en una gran habitación oscura. Ahi donde nada importa, donde nada es verdad, ni mentira, ni nadie tiene la razón. Donde la gente ya no es gente sino que ni siquiera existe. Y dolía tanto que no caían ni lágrimas.

Incertidumbre, ansiedad, dolor, vertigo.

Todo luchaba por salir de mi, de mi estómago, era tanto y seguía saliendo. Y yo rogaba por favor basta, y no cesaba y me consumía y todo cada vez más oscuro, y más negro y cada vez más sola.Ese fue el fondo. Un lugar tan horrible como el infierno mismo. Tan doloroso como el dolor. Tan inevitable como una aneurisma, como caer en las sobras del neurotismo. Psicopatología le dijeron. Mi fondo, mi límite de lo real y lo irreal. Ya no distinguía ni los vivos, ni los muertos, ni la verdad ni la mentira ni nada.
Ese fue el mas lejano lugar de mi inconsciente. Trate de pensar, de que mis células me respondieran, no quería que mi vida cesara, no podía terminar así, sin haber empezado. Pestañe un largo rato tratando de discernir de donde era esa luz que me quemaba los ojos y que recién habia caído en la cuenta que estaba allí. Había dejado atrás el espesor de esa negrura, ese mar incierto. Y la luz desconocida me quemaba los ojos.
Reviví. Fue lo primero que pensé. El dolor mismo seguía doliendo. Tal vez me seguía consumiendo, pero lo más importante era que por fin había salido del fondo y lo único que sabía era que no quería nunca más volver a estar por aquellos parajes. Había llegado muy lejos, se había descontrolado. Me había descontrolado. Pené el dolor, lo adolescí.
En los días siguientes trate de recuperar el tiempo, o de tal vez volverlo a crear, fui ayudada de varias formas, eternamente agradecida. El día menos acertado de esa tragicomedia del después, todo lo que yo pensaba fue contradecido no sólo por lo que creía que pensaba, sino por mis acciones.En pocas palabras me había mentido descaradamente. Negué hasta que la negación misma se cansó de mi. Me negué, me reproche, me callé pero grité, saqué, quemé y fui quemada con cal.

Catársis.

Rodeada de libros buscando respuestas y gente con mucha afinidad comprendí al fin que ese era mi karma, que si existía, que nunca me había abandonado. Que eso tenía que pasar. Y que no, no se iba a repetir, porque nadie lo permitiría, porque yo no lo permitiría ni me abandonaría, porque nadie me iba a dejar caer de nuevo, porque fueron avisados y la misma voz blanda les había dicho que todo esto pasaría.

En estos días todavía guardo ese dolor en un escriño. Ahi al fondo, en el fondo, donde algún día yo se que será abierta y cerrada de nuevo.

Nunca me voy a perdonar haber sido tan brutalmente ciega. Se entenderá porque fue asi.
Yo por mi parte no lo entiendo.
La mente hace oidos sordos al corazón a veces, y viceversa.




Confieso que he amado.

1 comentario:

Lady Door dijo...

Thank you...
I'm glad you like my little Neverwhere... ^___^
I can't speak Spanish, but I'm italian so I understand some little bits of what you've written in yours... and yes, this world needs mas amor, mas belleza, mas poesia (mas mas Neruda... one of my beloved poets)... it needs more trusting dreamers... dreamers who want make their dreams come true.

Ti lascio una piccola citazione da "The wake" di Neil Gaiman... hope you love it:

“… e a quel punto, lottando per restare lucidi, con la speranza che non finisca mai, certi che il sogno, una volta interrotto, non tornerà mai più, … vi svegliate, ed è un nuovo inizio.”

Ciao
Chiara