martes, julio 10

safe .

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Entraste y bajaste las escaleras concentrada, con esa idea metida en la cabeza susurrandote suavemente o arañandote lasciva a que la escuches.

Se te vió mirar a tu alrededor desconociendo hasta las letras que se te sucedian como moscas poniendote vizca y no te calmaste, sólo eran carteles en tu idioma. Pronto espantaste a la gente con un vómito cojo cerca de un tacho que no pudiste ver, seguramente ni atinaste a embocar tu dolor dentro, era demasiado. Y ahí te vi y me tomaste desprevenida, me sorprendió que no me miraras ni te me tiraras en los brazos bañandome en lágrimones, en lluvia, en nieve, o en lo más profundo de tu desquebrajo sangrante. Pero te sentí y supe bien lo que venías a hacer por allí.

El primer subte lo dejé pasar, porque aún no reaccionabas sino que mirabas a todo el paisaje tan ajeno a tu mundo, a toda esa gente que no creo te hayas percatado de que latía cerca tuyo y con vos. Se fué rapidamente y haciendo tanto ruido que te vi mirarlo, tus ojos se pusieron fríos y sin vida al ver delante de ti la oportunidad de volver o de irte . Y yo que te seguía mirando atontada, que no me animaba a arrancarte de ahí ni a darte la cachetada de aire que tanto parecía, necesitabas.

No supe bien que pasó, me distraje un momento cuando ese sombrero me chocó fuerte porque corría hacia ese otro subte estruendoso que se acercaba tan rápido como podía.
-segundos-
Gritos, sangre, volví la vista y ya no estabas.