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Y Los doctores vieron como se desmembraba, gracias a a luz que más que alumbrar dolía. Las partes tenían sal y sudor y creo que crecían con el fuego.
Anotaron la receta (que realmente necesitaban) y ahí se dieron cuenta que en la milésima de segundo que la grandeza dejara de comerle la cabeza entendería que la verdad absoluta no existe y se curaría al fin.
El centro del universo es exactamente eso: El centro del universo.
Y ese puesto no le pertenece ni al huequito de la cama imaginaria.
O a mi vida como violín desafinado.
o...