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Se desabotona la necesidad del suicidio pendiente.
Caigo en la verdad, en esa que no cuestiono y me golpea-
En una hora me golpea, me deja tirada y me despoja
del horror, del cúmulus negruzco de la mente.
Y si, y si que van saltando por ahí.
Y si, si que van dejando a todo el mundo desnudo.
Y si, que la cruda cruda cruda mañana oscura y desganada.
Y las horas que no pasan
Y el viento que no corre
Y la vida delante de mis ojos se mofa.
En blanco y negro, entrecortada
resuelta en un manojo de plumas blancas
esas que liberaste aquella tarde de primavera.
Y la vida, la vida, el calor.
El calor irdiscente
Porque el calor consume el aire
Y sin aire, introspección.
caida, resurrección.
Silencio. Silencio como un continuo tambor de circo.
Donde van saltando por ahí.
Un alarido y se lo llevan.
Juro que se llevan ese suicidio de piel de gallina.
Imperfecto y mudo.
Amén.