.
Creo que te dije que van a hablar de vos y de vos van a hablar.
El recuerdo me retumba en la cabeza como si fuese una simple, simple fantasía posible, abotonada en mi frente con luces de colores, como para no darme cuenta.
No es poesía simple, sino tu complicada existencia que sigue sin ser poesía.
Pero no es poesía, no porque así debe ser, como definición modular, sino porque vos no lo querés así y yo no te paro de gritar que la vida es una elección. Que hasta vivir se elige y no creo que vos lo estés haciendo, porque te miro y tu mirada no concilia ese profundo profundo mar que, creo, solía ser.
Ahora sólo existe porque yo veo y te digo que no es lo que antes era, pero es. Y de vos van a hablar y lo harán, hoy tengo el oráculo, esta noche se me permite lamer la escencia, tenerte en mi y sanarte dentro.
Quiero alimentar tu mente para que se callen, para que vueles y me mires y me ahogue. Que tus ojos llorosos me ahoguen, porque creo que lo necesitas, porque creo que lo sabés y no me hablás y lo sabés.
Te molesta el murmullo, te juro que lo acallo si me masoqueas, te tiras al puente y volves quebrado en dos, perdón, la cabeza quebrada en dos y que con mi mano, pueda escarbar hasta lo más profundo de lo inconcluso. De esa barrera interminable, muro de Berlín que tenés ahí, que me hace vomitar hasta mi más tosca carcajada.
Pero sí, para ayudarte a acallar, a calmar las aguas, a arrullar tu mente.
Y dejarla ser poesía en el mar que yo me ahogo.