lunes, febrero 2
Carver I hate you .
Qué hijo de perra aquél John. Disfrutaba acicalarse sobre mi falda, lamer los escasos rayos de sol que entraban por la ventana del comedor. Era la única ventana que permanecía abierta en la casa. Hacía que el comedor pareciese más grande por eso la dejabamos abierta todo el día. A John le gustaba que estuviese abierta. Qué hijo de perra aquél John.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
1 comentario:
suele pasar, no a todos nos reconcilia el mismo paisaje
Publicar un comentario