Respiro despacio. Un poco más lento cuando pienso que respiro. Pero ya es lenta mi respiración antes de pensarla, de olvidarme y de repensarla.
Te veo en el subte. Te veo subiendo las escaleras. Y yo bajando las escaleras. Vos te vas y yo vuelvo.
Pero no, bajamos las escaleras del lado contrario y así quedamos, enfrentados, distanciados por un pequeño precipicio polvoriento en el medio, el aire taciturno, viciado sin cielo.
Mirándonos, contemplando la poca distancia que nos hace. Te hace a vos y a mí. Veo tu cuerpo relajadamente parado sobre tus dos piernas, bien plantadas ahora.
Primera junta, o no. Y yo a casa, o algún lugar más bonito. El subte se avecina y me mirás, el tiempo empieza a sangrar y los pelos a alborotarse.
Te miro, nos miramos, nos amamos apenas tanto. Y las tijeras del subte, que trae un aire más viciado aún, pero que se hace frío, se hace hielo y arde.
Pica el tiempo, tu mirada que ya no, inmortalizada en mis ojos. Y la respiración que se aletarga nuevamente con el timbre y el traqueteo. Y el volverte a ver, tal vez mañana.
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4 comentarios:
Es muy bello guardar una mirada, y más hermoso es enamorarse de ese recuerdo.
Muy lindo.
Te miro, nos miramos, nos amamos apenas tanto"
qué tierno!
xoxo
te quiero!
L)
Y volverte a ver, tal vez mañana.
tu me pierdes a mi, yo te doy por perdido.
Perdámonos los dos, entonces.
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