Quiero morir indecentemente, solo para saber lo que es, porque realmente no entiendo como la muerte puede tener parámetros de decencia.
La muerte es decente, siempre. De hecho, no es decente, la muerte es. La muerte es un regalo sorpresa, de esos que tienen payasos y serpentinas y es correspondida, como los amores, como nacer. Dejar de respirar tiene tanto sentido como nacer y después nadie sabe que sucede, es como el huevo kinder.
Las cosas suceden, buenas o malas. Buenas o malas.
Buenas o malas, las cosas suceden. Y uno actúa, uno es su propio titiritero de acciones. La fuerza es la desición y la desición es lo que te hace buena o mala persona.
Buena o mala persona. Buenas o malas cosas.
Dios, que pocas ganas de escribir. Así que un poco de mis verdades.