lunes, marzo 12

Feng shui

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no es facil despertarse rodeado de ojos, de tictacs insufribles, después del speech del comienzo del fin. Me nubló la verdad, hay sol y cúmulus en mis ojos. Sort of anarquia mental. Y veo, plumas de pavo real, veo matizador, veo dorado, cuadros en el cuarto y revoloteo de almohadones rojos y negros. una mesita de té, por ahí

No caigo, no hay gravedad y hay oxigeno porque para abajo no me fui, el abismo blanquecino es más bien caminar en brasas, como al fuego invisible por el sol. El pequeño gira en torno a las sensaciones que te puedan erizar la piel, sentir esas agujas y flotar pinchada sin esperar explosión alguna.

Y ahi caes, caemos, me too que no queda nada, que podés porque nada te ata, nada te llama ni atrae como un iman. Y tener tanto poder de decisión.. Qué es eso?. Qué es poder irse a la mierda sin previo aviso? Qué es caer?, caedere. Que la nada me importe, que la nada tome forma, que no exista la nada abismal. Que las lagrimas sean de papel, de licor de anís, que hagan que me mires con tus ojos nenes...

Después del vuelo, un beso, idasyvueltas, un caballo negro azulado joven y fibroso tu corazón, un rojo exagerado y esa mirada, ese saber y el posterior reaccionar-accionar en conjunto, deados como corresponde.

Qué es despertarme a la mañana y verte la espalda desnuda de piel de gallina? En un cuarto extraño y la cama enorme. No caigo en que se puede pudimos, que puedo porque nada me ata ni entretiene, nada me importa, la nada ME importa. Y los tengo. Los tengo en el bolsillo del jean, escondidos y fresquitos. Y después qué?. No hay después de la pelicula, no hay títulos ni producción. Hay una cena o cine esta noche, hay amor..

Al final, loco, son las pequeñas cosas. Es la nada, lo adorable, apetecible, el placer de no tener frío ni calor, ni espacio ni tiempo sino reptar entre relojes blandos, esos que se me escurren. Saludarme en el espejo en cada mañana escolar. Ir a la escuela?. Un tango que me hace llorar y me alimento de eso, porque Es eso, es lo abstracto e insulso, lo loco y raro. Mi cama dorada. Adorada y los colchones en el piso. La sonrisa, ¿quién me saca la sonrisa?. Nono.

Estoy que regalo abrazos, que hago incapié en cada paréntesis, en las letras chicas. Y los Beatles y la filosofía sistemática aburrida. Los paneos y el posterior suspiro tranquilizante. Las palabras tenían riendas que tomar y sí, que detras de eso hay una escencia, hay un karma, hay un yo se que sabes, sabes que yo se y nos sabemos juntos.

Y ahí aparece, como siempre, me arrebata de lo que creo, de lo que me propongo y esa capa negra, esa del viento de quien sabe de donde sale. Me gusta pensar que él cree o al menos cree que cree que creo en la magia. No, señor, no. A mi no me entretiene, pero no lo entiende, porque aunque le apolille los oidos, nada. Esa bendita nada que nada es para él. Qué cosas, dice uno como quejándose, como tratando de llenar un poco, de alargar o de robar algún otro comentario inexistente y creado totalmente por el loquero indomable que es mi mente/imaginación. Me siento desnuda y no lo estoy completamente, igual, sus ojos vergonzosos. Y ahí está, él diminuto y sus orejas grandes, su capa ondeada. Creo que yo no lo escucho, al menos debería hacerlo, proponermelo. Sé que esas tarde que entro corriendo, saltando y los pajaros de mi alrededor se agitan, distraen y pudren en mariposas y ahi vomito lo que tengo para decir. MI ansiedad, que se va con el humo y como el humo. Al menos está ahí, o no está, nunca le pregunté sobre sus problemas existenciales o si se sentía partícipe potencial de si mismo.
Bonus: un motivo de felicidad que florece-


I´m in heaven

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