martes, mayo 12


Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.

Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.

Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.

Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.

3 comentarios:

yo dijo...

queremos tanto a oliverio

10.21 dijo...

este blog hoy pasó de "casi importantes" a "importantes", según mi gugul rider.

Charlie dijo...

"cuando voy a sentarme, advierto que mi cuerpo se sienta en otro cuerpo..."

(…) pero yo digo muchas cosas

Y justo pensaba en nuestra distancia semanal, verla ya es una evocación proustiana de los sentidos.