martes, mayo 12
Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se mezcla a la mía
y forman una mano.
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los llantos fingidos.
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3 comentarios:
queremos tanto a oliverio
este blog hoy pasó de "casi importantes" a "importantes", según mi gugul rider.
"cuando voy a sentarme, advierto que mi cuerpo se sienta en otro cuerpo..."
(…) pero yo digo muchas cosas
Y justo pensaba en nuestra distancia semanal, verla ya es una evocación proustiana de los sentidos.
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