para siempre .
. Uno bien roto, rayado, circular.
uno que habla por si sólo y se vale de la mugre que flota en un constante.
Lo miro, lo saco, lo retuerzo. Lo huelo, lo mimo, lo oyo.
Huele a sangre y sólo es música matando silencio.
Bien, empecemos con un "dos, pero sólo quiero uno". Se planta la planta y se congela en el lugar. No hay testigos, no hay testigos porque nada pasó y debe ser por eso la falsa modestia, la cortesía de desarraigo de sí mismo.
Qué es eso que no quiere ver? o es que el viento le empapa los ojos y esto desencadena un montón de conjeturas fisiológicas?. Algo de sentido, un poco de cordura, estar centrado en el costado de una hoja roja.
Sí, no!. Sí, no?. La duda bella. Esa que nos deja entrever lo que no quería ser visto. Eso que se escondió bajo la punta. Con cinco hachazos se descorazona una aceituna. Y justo acá se pierde el sentido, el poco de cordura que quedaba y no le queda nada de sí mismo sino el vaso vacío.
Sumido en un sopor de ebriedad se levanta. La nube beige, roja, azul, naranja y ya perdí la cuenta, o todo combinadamente mareante. Una tintineante calesita que se congela de nuevo y cae en que no hay testigos, porque acá nada pasa. ( ...y el hacha para qué...?).
Agua, quiereaguamucha. Se imagina los senos de una mujer como dos grandes lágrimas de elefante, un llanto vomitivo, un llanto que le nace del nacer de lo imaginado. -Póbre elefante... .
No: No me quedo con eso, no, yo estaba mirando, no?, pero no era testigo porque no me vió, sólo lloraba cursi, desconsoladamente. Volvemos..
El hacha para qué?. La hoja teñida de líquido humor lo explica y todo partido a la mitad, el mueble, la silla, el vaso, la botella, ese viejo libro y hasta la aceituna. Era doble, no veía doble, lo era realmente. Esquizoide?.
Un llanto repetido, famélico, hipante que cesa con un cuerpo sobre el piso, la hoja en blanco, un cuerpo sin alma desde la primera botella, un cuerpo teñido, un hacha en el piso.
Lo.ví.
Lo saco porque se me enerva la espina.
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