lunes, mayo 21

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Maldita sea.

No importa lo que pase.
quiero un vaso roto y un cuchillo muy afilado.
Yo no comía vidrio.
yo lamía cuchillos. Lamo cuchillos, los violo con mi saliva, con mi lengua inescrupulosa.
Me gusta el plateado.
Me gustan los conductores de colectivo sin cabeza, como el de esta tarde.
Me gustan las bufandas, el vientito que se cuela cuando se abre una puerta y me desvela la nuca.
la piel de gallina, la desnudez, el chocolate, el sexo, las fotos, las fiestas, las miradas hablantes, los amigos, la escuela, las manos limpias, los acolchados verdes y las camas con historia.
me gusta la coca cola.

Me gusta chupar cuchillos plateados
y es lo que quiero hacer ahora.

Que nadie se atreva a resistirse.