Tocar...te la córnea con el dedo acusante bien erguido. Ahora fluviales rojísimos.
Unas gotas, otras más grandes. Un caudal.
El dedo en la llaga ó el llanto adormilado en un pecho que se contrae
Un socavón irreparable y fue completamente mi culpa.
El precipicio que aparece bruscamente luego de vaciar de un sorbo la taza de café.