Vengo con el corazón muy abierto y los latidos retumban. Te leo, me acerco con dos grandes retinas brillantes y justo ahí, con el aire bien espeso, desenroscas suavemente mi cabeza y la dejás a un costado.
Me temo que no te lo agradecí lo suficiente.
jueves, febrero 10
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2 comentarios:
es un buena idea la de un cuello a rosca..
solucionaria millones de dilemasª!
¡Saludos, realmente poético!
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