lunes, noviembre 9

inerte.

Alguna vez me encontré en el fondo del espejo, con la mirada perdida y un hedor lúgubre, nauseabundo.
Embadurnada de mierda con la mirada exactamenteseñalandoconexactitudlanadaexacta.
Lejano vacío pupilar.
Me encontré pensando que todo montículo de mierda es poroso, y por los poros entra luz, al menos aire fresco.
Y que las cosas no son imposibles. O son completamente posibles o posibles a medias.