El precipicio que aparece bruscamente luego de vaciar de un sorbo la taza de café.
domingo, octubre 18
ct.
Estaba pensando, el sol me miraba, estaba pensando. El sol me miraba cada vez más fuerte, casi que picaba. Y pensaba, pensaba que la vida es como un cigarrillo, y pensaba en toda la gente que pensó eso alguna vez. Toda esa ceniza.
Is exactamente todo lo que no soñé. Y me lleno de pudor al confesar que aún revolotean esos 21 pajaros sobre mi cabeza, haciendo que me sonroje, que reafirme mi locura chinchuda, mi amor caprichoso por el libido y la miel, por la piel desnuda y los caramelos. Y así, volando, no flotando, intentando que hasta la vida tenga fines lúdicos, esto es lo que vomitan mis dedos. Estos dedos pecaminosos que también me hacen sonrojar. Y acá estoy siendo un gran todo de mi, un universo en miniatura y simple a la vista que gira y brinca en este giroscopio. Aca está mi sonrisa, mi corazón y mi jugo pancreático.
Emborrachense que es gratis.
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2 comentarios:
Yo lo pense, no, lo pienso cada vez que me cubre la melancolia, que no es amenudo.
Entre tanto sopla viento debajo de las piedras y no suele levantar mas que polvo.
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