Lloré todo el camino de vuelta. El camino de vuelta siempre es más largo y feo; y yo, lo lloré.
Tendría que dejar de abrirte los paraguas en la cara, en la casa.
caracasa
cara de casa.
Tengo ganas de comer esos gusanitos de goma, tan bonitos. Y tirarme a dormir.
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1 comentario:
qué lindo llorar... desde hace como un año me hace falta llorar...
(abrazo).
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