jueves, diciembre 15

levedad

Cierro los ojos, escucho un tango, escucho un blues, escucho un abuelo tosiendo, un perro gimiendo, un avestruz menstruando.
Cierro los ojos, ya no sé qué escucho. Los abro y no sé dónde estoy, no sé qué pasó ni me acuerdo en que capítulo me quedé dormida.
La historia siguió, sigilosa, algún rumbo errado. Fue a caminar por calles que no conocía, se río con gente que nunca ví en mi vida. En algún momento yo fui ladrillo, cúpula. En algún momento fui columna o fui todo el columnado.

Sentí todo el peso, todavía lo siento. Y, es más, ahora creo que la ignorancia es la levedad, la dulce ignorancia.