miércoles, abril 7

vuelvo.

Por un momento olvidé quién soy.
Olvidé esa taza de café a cualquier posición de las agujas del reloj. Olvidé esas lapiceras y cuadernos y sweaters y mariposas y cosas turbias. Olvidé que lo tenía ahí, tum-tum. Haciendo tum-tum, haciendome saber que está ahí.
Pero hoy lo sentí, en el colectivo abarrotado de gente. Sentí ese vientito fresco en la cara, el que devuelve las ideas, las ganas de vivir, la pasión por la vida. Lo volví a sentir. Una felicidad centellante volando en el viento, solo para golpear en mi cara.

Lo encontré. Me encontré.

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