No sé si estoy mirando un marrón manso de cincuentaporsetentacentìmetros o tengo un agujero adelante.
Tengo un agujero que se come lo que se comen mis ojos, que se come y deja rastro debajo de mis uñas, para que me acuerde de todo lo que se tragó. Me hago gris y luego blanca.
Grisblanca y me traga la hoja y la pantalla, y el colectivo y la madrugada. Todas las madrugadas que se hacen papel, se hacen pantallas de escenas que se repiten infinitamente.
Dedos que se me hacen de carbón los viernes, ojos de carbón también.
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1 comentario:
que buen blog señorita!!!
lo voy a poenr en mis favoritos para leerla seguido..
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